Mirador: Enfermedad y salud en la era COVID

Jul 01, 2023

En este, el cuarto año de la era COVID, debemos recordar que siempre hay virus y otros bichos malos circulando. Evitarlos es principalmente una cuestión de suerte. Y aislamiento.

Los médicos aquí y en todo el país se sorprendieron, después de 2020, de que pocos pacientes reportaran resfriados y gripe en esos días socialmente solitarios. Ahora tenemos venganza. La Dra. Leana Win, columnista de salud del Washington Post, nos dice: “Desafortunadamente, probablemente no haya mucho que hacer. Su sistema inmunológico se está poniendo al día y usted está contrayendo los virus que antes evitaba”.

Mark G. Epstein

Esta primavera, por segunda vez en los últimos años, sufrí una bronquitis desagradable, que es como un resfriado con esteroides. En ambas ocasiones estuve deprimido durante semanas. Afortunadamente, la capitana de mi equipo de bochas tenía su propio historial de bronquitis y me dio el pase, semana tras semana.

Me recordaron que, para la mayoría de los virus, hay muy poco que la ciencia médica moderna pueda hacer por nosotros. Paxlovid para COVID es una excepción notable. Estamos solos para mejorar. Hay descanso, líquido y comida: nada mágico.

Sin embargo, siempre estamos buscando una cura mágica o alguna ventaja especial. Eso puede explicar la epidemia de “biohacking”, la búsqueda quizás desesperada de soluciones médicas innovadoras. El Wall Street Journal, al encuestar a algunos de sus lectores ricos y altamente educados, destacó el "espectro extremadamente amplio de herramientas e intervenciones" del biohacking. Ya sea una costosa sauna de infrarrojos o una frugal ducha fría, siempre hay algo de moda en el ámbito de la salud.

La restauradora de Berkeley, Alice Waters, escribió la famosa frase: "Somos lo que comemos". La mayoría de los habitantes de Santa Elena que conozco comen por placer, lo que encaja perfectamente con una población local centrada en el vino. Sólo unos pocos comen por salud. La comida como medicina es controvertida ya que, como me aconsejó una vez un nutricionista de gran prestigio, reaccionamos de forma individual y única a lo que comemos.

Como ocurre con la mayoría de los aspectos de una vida sana, la alimentación es compleja. Durante décadas, nos dijeron que no comiéramos huevos. Los investigadores ahora saben que el colesterol de la dieta (en los huevos) es mucho menos importante que los factores relacionados con el colesterol que circulan en la sangre. Las palomitas de maíz, si no se bañan en mantequilla y sal, son realmente buenas para nosotros. Y aunque la sandía puede tener un alto índice glucémico de azúcar, es principalmente agua. Tendríamos que atiborrarnos mucho de sandía para sentir un subidón de azúcar.

Si desea una conversación animada, hable con la gente sobre cuánta agua beben. Como anécdota, parece que los habitantes de Santa Elena consideran cada vez más el agua como un alimento saludable. Un amigo del gimnasio lleva consigo una jarra de un galón y la vacía varias veces al día. Otros me dicen que empiezan a beber agua tan pronto como se levantan de la cama y continúan haciéndolo hasta que regresan a la cama por la noche.

Si tiene inclinaciones matemáticas, existen muchas fórmulas para determinar cuánta agua “debe” beber. Una opción popular es beber diariamente, en onzas, la mitad de su peso corporal. Para mí, alrededor de 150 libras, eso significa más de nueve vasos de agua al día. Ésa es una meta que rara vez alcanzo.

Pero la opinión no es universal. Un médico especializado en medicina deportiva dijo al New York Times: "Puede alcanzar y superar sus necesidades diarias de líquidos en bebidas y alimentos con alto contenido de humedad sin beber un solo vaso de agua". Lo que eso demuestra es que siempre podemos encontrar algún experto que apoye cualquier cosa que estemos dispuestos a hacer.

La carga de mantenernos informados recae sobre nosotros individualmente. Existe un virus desagradable y potencialmente peligroso llamado virus respiratorio sincitial. La buena noticia es que ahora hay una vacuna contra el VRS disponible para personas mayores de 60 años. Pero pensé que era intrigante que algunos habitantes de Santa Elena, que conozco, pagan mucho por su atención médica ignoraran esta nueva y eficaz herramienta médica.

Un problema es que es posible que esta vacuna no aparezca en los consultorios médicos. Lo encontré con cita previa en Safeway en Trancas Street en Napa. La cita fue fácil de conseguir, el personal de la farmacia fue eficiente y servicial, y la tienda me dio un cupón de descuento en cualquier alimento que pudiera comprar mientras estuviera allí.

La desventaja fue un día y medio de los clásicos “síntomas parecidos a la gripe” que me afectaron. ¿El costo de sentirse mal se equilibró con el beneficio futuro de la vacuna? Para mí lo fue.

La edad promedio de los habitantes de Santa Elena parece estar envejeciendo, tal vez reflejando los bienes necesarios para vivir aquí. Por eso, es bueno saber que la sala de emergencias de nuestro hospital recibió recientemente la acreditación para atención de emergencia geriátrica.

Sin embargo, el mejor biohack disponible puede ser intentar vivir nuestras vidas de manera que podamos mantenernos alejados de la sala de emergencias.

Mark G. Epstein se mudó a Santa Elena desde la costa este a principios de este siglo después de una carrera en negocios internacionales.

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